Los cuentacuentos son actividades muy educativas y disfrutadas por los niños. En ellos puedes conseguir que estén un buen rato con los ojos fijos, abiertos como platos, al igual que los oídos, sin perderse el más mínimo detalle. Podemos hacerles reír, y sobre todo podemos enseñarles el valor y el poder de las historias. Por eso, en este post de Susan Beltrán te ayudamos a organizar uno.
Organizar una actividad de cuentacuentos puede resultar muy enriquecedor tanto para animadores como para los niños. El animador va a poder demostrar su frescura y espontaneidad ante el auditorio y los niños se van a ver involucrados en una actividad tan llena de elementos atractivos, que incluirán la lectura como una de sus aficiones preferidas.
Cuentacuentos infantil. / Biblioteca Torrente Ballester
En relación a su atuendo, el cuentacuentos debería ir vestido de trovador, y si es necesario, con maquillaje. Es muy importante que se meta en su papel y realmente parezca un cuentacuentos y no una persona disfrazada para contar historias. La actuación debe estar cargada de realismo, cuidando al máximo hasta el más mínimo detalle.
Tiene que ir contando los cuentos de memoria, sin leerlos, e ir pasando de uno a otro relacionándolos entre sí. No puede hacerlo sin que el conjunto tenga un sentido lógico. Además, el cuentacuentos debe llevar un ritmo pausado, pero sin caer en el aburrimiento de los presentes, y esto lo conseguirá aportando datos nuevos en cada una de las frases que diga.