Son muchos los padres que deciden apuntar a sus hijos a realizar actividades extraescolares para desarrollar sus habilidades expresivas y generar en ellos nuevos estímulos que despierten su curiosidad. Entre todas las actividades que se ofrecen, una de las más interesantes son los talleres de teatro para niños; en estas clases nuestros pequeños desarrollan su imaginación y su expresión oral y corporal de un modo parecido a cuando juegan entre ellos en el patio del colegio.

La única diferencia es que, en este caso, el juego es guiado y pautado por un profesional que busca el beneficio que la actividad puede aportar a la creatividad y expresividad de todos los niños, como el caso de practicar malabares con niños.

Teatro infantil La ColmenitaTeatro infantil La Colmenita. / Wikipedia.org

¿Qué se trabaja en estas clases?

El juego infantil es el instrumento para la exploración de distintas corporalidades, voces y actitudes. En estos talleres los pequeños descubren, gracias a su propia capacidad de reproducir lo que han visto o lo que imaginan, distintas realidades que pueden asemejarse a las de su cotidianidad o bien explorar mundos de magia y fantasía. Además de la creatividad, el teatro desarrolla en los niños otros rasgos como la empatía, la confianza o el trabajo en grupo. Aquellos que más disfruten creando personajes e historias posiblemente quieran seguir actuando más adelante y formarse de forma profesional. ¿Quién sabe a tan temprana edad si estamos ante las próximas estrellas del cine o del teatro?

Taller teatralTaller teatral. / alertadigital.com

Los ejercicios que se suelen realizar en las clases de teatro para niños exploran su capacidad de actuar personajes, a menudo desde la imitación de estereotipos, así como sus habilidades mímicas, orales, de expresión corporal y movimiento. Por poner un ejemplo, un ejercicio clásico es el de emular con el cuerpo distintos objetos y acciones. Se les dice que “ahora son unas tijeras”, o bien “ahora son una sartén”, observando qué cambios corporales se producen para imitar cada objeto; intentado imaginar qué movimiento tendría la sartén, qué personalidad, qué voz.

No debemos olvidar fundamentalmente otro aspecto sumamente importante de que los niños hagan teatro, como es la diversión y la imaginación.

¿Dónde pueden hacer teatro?

Existen distintas posibilidades para que los padres puedan llevar a sus hijos a clases o talleres de teatro. En las grandes ciudades, la oferta es muy amplia y hay centros escolares que lo ofrecen como actividad extraescolar, así como centros culturales y otros equipamientos municipales que también cuentan con sus propios talleres. Si en tu ciudad hay una academia de teatro profesional, es posible que también cuente con un grupo infantil. En cuanto a las poblaciones más pequeñas, también suele haber oferta aunque no haya tantas opciones entre las que elegir. Incluso existe la posibilidad de juntarse entre varias familias y contratar a un profesor de teatro que ofrezca sus clases a nivel particular.

A la hora de elegir en quién confiamos para impartir las clases de teatro a nuestros hijos, debemos priorizar que la persona haya trabajado anteriormente con alumnos de la misma edad. No es tan importante que el profesor cuente con un título oficial en interpretación, aunque es recomendable que tenga cierta experiencia profesional en la pedagogía teatral. No todos los actores están capacitados para enseñar teatro y menos a niños, puesto a que están en una etapa de la vida en la que hay que adaptar todos los ejercicios e indicaciones a la edad que tienen los alumnos.

El apoyo de los padres

Es frecuente que los grupos de teatro infantil, además de hacer ejercicios y actividades independientes entre ellas, desarrollen algún tipo de proyecto escénico o de función de final de curso. A menudo esta propuesta nace de los mismos niños, que desean poner en práctica sobre el escenario todo aquello que han practicado y enseñar a los familiares y amigos esa nueva forma de expresarse. Desde el punto de vista pedagógico, un proyecto de este tipo es también muy beneficioso para el desarrollo del menor, ya que significa una meta compartida entre todos ellos, que deben cooperar para que la función salga adelante.

Niños actuando en teatroTeatro de niños. / pequelia.es

A menudo estas funciones requieren ayuda por parte de los padres: hacer un disfraz, ayudar con la escenografía, ayudar al niño a memorizar el texto, etcétera. Es importante que los padres compartan la ilusión y los nervios que el niño va a experimentar y que estén a su lado, pues posiblemente para el pequeño esa experiencia es uno de los días más importantes que nunca ha vivido. Al terminar la función, los niños disfrutarán por primera vez del calor del público y verán recompensado todo su esfuerzo y dedicación, comprobando que el trabajo en equipo y el compromiso común una herramienta indispensable para sacar los proyectos adelante.

Para los padres, ver a su hijo sobre el escenario puede ser también una experiencia muy positiva, permitiéndoles conocer otra faceta de su hijo diferente a la que muestra en casa. Probablemente desde ese día serán no sólo sus padres sino también sus admiradores número uno.

Susan Beltrán nació en Sevilla. Es licenciada en Filología Inglesa por la Universidad de Sevilla con un año cursado en la Universidad de Hannover.

Compagina su trabajo como profesora en una empresa de formación con clases para niños y escribe para diferentes blogs. Además, ha colaborado en numerosas ocasiones en animaciones infantiles en campamentos de verano.

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